No hay duda de que la traducción y la enseñanza de idiomas son disciplinas diferentes. Esta distinción reciente tiene su razón de ser, ya que las exigencias de ambas profesiones no son las mismas. Sin embargo, el hecho de que la enseñanza de lenguas extranjeras está estrechamente ligada a la traducción es algo indiscutible.
No es de extrañar que se recurra a la traducción para enseñar un idioma a hablantes de una lengua distinta. De ese modo, se ofrece a los alumnos una referencia que les ayuda a asimilar los conceptos nuevos. «¿Cómo se dice esto en mi idioma?» y «¿cómo se expresa esto en el otro?» son las preguntas que muchos ansían responder cuando se embarcan en el aprendizaje de una nueva lengua. Por ello, la asociación entre enseñanza y traducción es lo que ofrece a estos alumnos la solución que buscan. Además, ya sea para animarlos con similitudes y paralelismos entre su lengua y la nueva o para ayudarles a comprender una diferencia, la traducción puede ser un recurso explicativo muy útil.
Traducción y enseñanza
Como se pude comprobar ojeando libros de texto, normalmente se recurre más a la traducción en los niveles más básicos se enseñanza. Esto es así porque todavía se les está presentando el funcionamiento de la lengua extranjera.Se les esta introduciendo el léxico. También las estructuras gramaticales nuevas. Como decíamos, en estos casos, la traducción ayuda a comprender el uso y el significado de lo que se está aprendiendo. Se recurre a la traducción en los niveles iniciales los alumnos todavía no saben pensar en el otro idioma.
Este método de enseñanza también sirve para eliminar las interferencias entre ambos idiomas, calcos, etc. Mediante la traducción se puede hacer hincapié en los «falsos amigos» y en los cambios sintácticos y gramaticales, por ejemplo. Aquí entra el estudio de la gramática contrastiva. Con ella, los alumnos analizan la estructura de la lengua original y la de la traducción para ser conscientes de las diferencias entre ambas lenguas y no cometer errores.
Conforme los estudiantes vayan aprendiendo la lengua extranjera, serán cada vez más capaces de pensar directamente en ella para comunicarse. Ya no tendrán que traducir mentalmente lo que quieren expresar. Tendrán asimilados los cambios que tanto estudiaron analizando traducciones.
Diferencias en los tipos de traducciones
No obstante, hay que tener también en cuenta que no es lo mismo una traducción didáctica que una profesional. Al cambiar la funcionalidad de la traducción, puede ser necesario cambiar también la forma de actuar. Si se pretende enseñar a los alumnos de niveles iniciales un concepto novedoso de otra lengua, hay que darles directrices claras. Si desde el principio espantamos a los alumnos recién llegados con respuestas tan ciertas como «depende (del contexto cultural, de la situación, de la función)» el resultado será contraproducente. Ya irán descubriendo poco a poco los secretos y complicaciones que cada lengua esconde a su debido tiempo.
Utilicemos la traducción en la enseñanza como una herramienta útil. Para que les despierte la curiosidad, les ayude a aprender más y les abra la mente. Quitémosles el miedo a conocer una lengua diferente.