La traducción es una práctica que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad desde los primeros encuentros entre comunidades. Hoy en día representa una herramienta indispensable en un mundo cada vez más globalizado y su estudio e investigación se ha ido estableciendo como ciencia consolidada. Si bien es cierto que su estudio a nivel académico es relativamente reciente, los Estudios de Traducción han desarrollado infinidad de ramas: desde la traducción jurídica y jurada, con la cual estamos muy familiarizados, a la traducción audiovisual, tan popular en el siglo XXI con el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Sin embargo, la traducción no se desarrolla solo entre expedientes, cuentas anuales y contratos, sino que ha tenido y tiene un papel muy activo en los cambios políticos, sociales y culturales a lo largo de la historia. ¿Y que cómo sucede eso? Pues sucede con nosotros, los traductores, que también somos personas corrientes, con nuestro carácter y nuestra ideología.
El referéndum independentista escocés y el catalán
Una de las formas de plasmar nuestra voz política es la elección de idioma de destino, sobre todo cuando nos encontramos con el bilingüismo y lenguas con una carga política. Un caso que nos queda muy cerca fue la traducción de los contenidos surgidos del proceso de referéndum independentista escocés (escritos en inglés) al catalán. De hecho, la campaña política escocesa se siguió de manera particularmente próxima en los medios catalanes y muchos de los documentos se tradujeron directamente al catalán, movidos claramente por una ideología.
Para muchos ese proceso se vivió como un reflejo de la propia situación con un objetivo en común, salvando las distancias. Por ejemplo, el partido catalán ERC puso en marcha una Web en la que se recogían, al catalán y muy de cerca, las novedades de la campaña y documentos oficiales en inglés. El periódico web catalán VilaWeb, elaboró la traducción del artículo “The foreign policy implications of and for a separate Scotland” de Graham Avery, profesor de la Universidad de Oxford, en el que se defiende la independencia de Escocia dentro del marco Europeo, un documento que no había sido traducido íntegramente aún al español.
Sin entrar mucho en discusiones sobre politiqueo, dejando a un lado nuestras propias ideologías, ya sea por unos intereses u otros, los traductores ponen su granito de arena como agentes activos y ejerciendo su papel como mediadores culturales en la sociedad. Son piezas clave en la comunicación entre diferentes culturas y en el trato de los diferentes conflictos incluso a talla internacional siempre teniendo como requisito indiscutible la objetividad que caracteriza al traductor; un rasgo indispensable para una interacción justa entre las partes interesadas.