Numerosas empresas optan por traducir una campaña publicitaria que ha funcionado en el extranjero. Con frecuencia, dichas campañas son tan radicalmente distintas a las originales que en lugar de «traducción» sería más correcto hablar de «localización» o «adaptación».
Pese a que en numerosas ocasiones las encargadas de gestionar este tipo de campañas son las agencias de publicidad expertas en el público receptor, siempre hay una idea básica que la marca desea traducir, de manera que se adapte a los valores culturales de dicho público. Por ello, es imprescindible la labor de un traductor profesional, quien deberá actuar como un creativo más transmitiendo las expresiones de la lengua de origen a la de destino sin alterar de ningún modo el mensaje publicitario.