Una de las partes más complicadas de un idioma, a mi modo de ver, es aprender a utilizar correctamente las expresiones. Están vinculadas de una manera muy estrecha a la cultura de cada país. Por ello, no siempre que un alumno está aprendiendo un nuevo idioma se le enseña también la cultura que va irremediablemente unida a dicho idioma. Y así es difícil llegar a dominar una lengua, porque habrá miles y miles de expresiones que no entendamos.
Hoy he querido traeros una parte muy concreta de las expresiones del idioma: las relacionadas con los colores. Al final del artículo entenderéis mis razones.
Para gustos, colores
Veamos un ejemplo ilustrativo de cómo las expresiones se relacionan directamente con la cultura nacional. En español por ejemplo tenemos una palabra básica para el color blanco: “blanco”. Si profundizamos en el lenguaje literario podemos encontrar “níveo”, “albo” o incluso “cano”. Depende del objeto, animal o cosa que estemos describiendo. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos oído que los países nórdicos tienen más de 40 palabras para decir “nieve”? Imagino que para ellos no será igual un blanco que otro…
Cuando decimos de algo o alguien que está verde nos estamos refiriendo a su grado de inmadurez. Sea del fruto que no ha caído del árbol o del adolescente que no acaba de entender cómo funciona la vida. En Francia, como en España, se dice que alguien está “verde de envidia”. Y ojo, porque si hablamos de un viejo verde… no, mejor no hablamos de él.
El amarillo en el mundo de las artes escénicas está vinculado a la mala suerte, y en China sin embargo es símbolo de nobleza y honor. Precisamente en China y en otros muchos países asiáticos la vestimenta y decoración vinculadas a las ceremonias fúnebres son blancas, cuando en occidente el luto se viste completamente de negro.
En definitiva…
Por todas estas razones y por muchas más (a poco que investiguéis sobre los colores encontraréis miles de ejemplos de este tipo) resulta tan difícil la traducción y sobre todo la localización. Porque no nos cansaremos de recordar que trasladar una idea de una lengua a otra no es tan fácil como escribir las mismas palabras en otro idioma.
No quiero acabar este artículo sin hacer referencia al rosa. Ese color de rosa del que vemos el mundo cuando estamos positivos. Ese mundo rosa de princesas que nos vendieron de pequeñas. Pero sobre todo ese rosa de los lazos que hoy 19 de octubre, Día Mundial del Cáncer de Mama, deben llenar las calles, las pantallas y las sensibilidades de la gente.