¿Sabes hasta qué punto es importante una buena traducción o interpretación? ¿Te has planteado alguna vez qué podría pasar si un documento no se traduce bien? Pues quizás te interese leer esto.
El pasado 12 de febrero, muchos se sobrecogieron al leer en varios medios la noticia de que Rusia veía posible una III Guerra Mundial. Afortunadamente, todo quedo en un susto y tan solo se trataba de un error de interpretación de la lengua rusa a la inglesa. ¿Qué fue lo que pasó?
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, concedió una entrevista a un medio alemán en donde, entre otros asuntos, hizo referencia al problema sirio. Tras su intervención, muchos medios de comunicación se hicieron eco de sus supuestas palabras y, en diversos periódicos nacionales e internacionales, podía leerse que el primer ministro veía probable otra guerra a nivel mundial.
En realidad, lo que Dmitri Medvédev propuso era sentarse a negociar en lugar de empezar otra guerra. Sin embargo, el tema no está del todo claro y algunos insisten en que la interpretación era correcta. Aunque el Gobierno ruso ha querido zanjar el tema subiendo su texto oficial en su página web, algunos periódicos aún no han modificado la información.
Las nuevas tecnologías e internet hacen que la gente acceda a la información más rápidamente y que en pocas horas cada ciudadano pueda saber qué está pasando al otro lado del mundo. Esto es un arma de doble filo ya que, por una parte, la información equívoca puede ser desmentida al instante pero, por otra, el daño en muchas ocasiones puede ser irreversible. Por esta razón, en el contexto político que vivimos, el papel del traductor e intérprete es clave y le confiere mucha responsabilidad.
© Raimond Spekking / , via Wikimedia Commons
Todo intérprete o traductor debe evitar cometer falsos sentidos. De hecho, es una de las primeras reglas de oro que se aprenden en la Universidad. Los profesores insisten en que las traducciones e interpretaciones deben reflejar, sobre todo, el sentido original de emisor, sin tergiversarlo en ningún caso.
El traductor suele ser una figura invisible que pasa desapercibida, hasta que comete un error, o bien, se le echa en falta. De hecho, no hace mucho supimos que la restauración de la segunda puerta de la Mezquita-Catedral de Córdoba estaba bloqueada porque los informes necesarios para el inicio no estaban traducidos al francés ni al inglés.
En Traductores Oficiales nos preocupamos por la calidad de todas nuestras traducciones. Por ello, revisamos todos y cada uno de los documentos con el fin de evitar cualquier tipo de error. Nos ocupamos con esmero tanto de los más sencillos o cortos, como de aquellos más complicados o largos, ya que todos tienen la misma importancia a nuestros ojos. En algunas ocasiones, nos vemos obligados a llamar a al cliente para ampliar el plazo y así poder garantizarle el mejor resultado final. Somos conscientes de que cada proyecto cumple una función muy importante y que, quién sabe, cambiar el mundo.