¿Cómo hablar con un extraterrestre?
No creo que ninguna empresa de traducción tenga entre su personal a un especialista en idiomas alienígenas, entre otras cosas porque, de momento, no parece que la demanda de traductores jurados de extraterrestrés sea demasiado elevada. Y, sobre todo, porque nadie sabe cómo sería ese idioma. ¿Cómo hablaríamos con los extraterrestres? De hecho, ¿hablan los extraterrestres? ¿Se entienden por gestos? ¿Utilizan la telepatía? ¿Están todo el día callados, sentados en un sillón, mirando en el hipertelevisor los partidos de la liga interplanetaria de fútbol espacial? Pues ni idea.
El primer mensaje a los extratrerrestres
El primer intento serio de mandar un mensaje a los extraterrestres se produjo en 1972, por medio de la sonda espacial norteamericana Pioneer 10. En la nave se incluía una placa de aluminio y oro anonizado donde se grabó lo que podemos ver en la imagen. En la placa se decía que la nave procedía del planeta Tierra, se representaba a un hombre y a una mujer desnudos, y se incluían ciertos datos científicos para demostrar que, después de todo, los terrícolas no éramos unos paletos ignorantes. Por supuesto, el problema era cómo hacerle entender todo eso a unos hipotéticos extraterrestres. Carl Sagan, el conocido divulgador científico – que por entonces no era famoso – fue el encargado de diseñar lo que podríamos considerar el texto. Y para hacerlo se basó en el átomo del hidrógeno, el más abundante en el universo (y que unos aliens, por muy brutos que fueran, serían capaces de reconocer) y en la numeración del sistema binario. Leí la explicación que daba Carl Sagan acerca de cómo podrían otros seres galácticos interpretar el mensaje y, desde luego, no me enteré de nada. Eso sí, la placa con el saludo de la Tierra, saludo que es dudoso que algún día llegue a ser captado por alienígenas, causó numerosas polémicas en aquel lejano 1972, algunas de ellas bastante curiosas. Cito un par de ellas. La primera se refería al dibujo de la mujer. Las feministas clamaron por el hecho de que la representación de la mujer desnuda omitiera los órganos genitales femeninos, mientras que los masculinos se mostraban sin complejos. Sin duda, llevaban razón, pero no fue la NASA tan gazmoña como podríamos pensar, ya que incluso dibujando a la mujer como la dibujaron, muchos grupos conservadores pusieron el grito en el cielo (nunca mejor dicho) a causa de la, a su juicio, inmoralidad de la imagen. La otra polémica fue incluso más interesante. Como quiera que el hombre saluda con la mano abierta, en un gesto parecido al saludo nazi, hubo quien manifestó su temor al respecto, puesto que las ondas de televisión que emite la Tierra se pueden recibir desde cualquier lugar del universo. Según afirmaban algunos, los extraterrestres habrían visto nuestras películas de nazis, sabrían que eran malvados, y comoquiera que la nave que mandábamos realizaba el saludo hitleriano, los aliens interpretarían que, después de todo, los nazis ganaron la guerra y dominaban el mundo, con lo cual, se estaba poniendo en peligro el planeta.
Como ya hemos dicho, no es probable que los extraterrestres hablen una lengua tal y como nosotros entendemos el concepto de lengua, pero, pese a todo, existe una ciencia, llamada xenolingúistica, que estudia – se supone – los idiomas de fuera de la Tierra. Y de hecho conocemos bastante bien un idioma extraterrestre, el klingon o Klingonés. El klingon es la lengua que hablan los habitantes del planeta del mismo nombre. Lo malo es que el planeta no existe en la realidad, sino en la mente de los guionistas de la serie Star Trek. El caso es que los directivos de Paramount contrataron al lingüista Marc Okrand para que creara todo un idioma, con su sintaxis y su vocabulario, y en las convenciones de forofos de Star Trek se encuentran numerosos hablantes de klingonés. Por ejemplo, si queremos alabar a alguien del planeta mencionado, debemos decir: “Po´tajg“, y si declaramos nuestro amor a una klingonesa hermosa: “jIHeghpa’ vImuSHa’taH”, que ahí queda. Es más, y ahora podemos flipar todo lo que queramos, en internet encontramos varias páginas de traductores automáticos de klingon, entre ellas, la del conocido buscador BING.
No obstante, el más famoso programa para ponerse en contacto con los extraterrestres es SETI, que no explicamos mucho porque es muy conocido. Pero vamos, para decirlo en dos palabras, SETI funciona aproximadamente como en la famosa película Contacto, que está basada en la novela homónima de Carl Sagan y que cuenta como, por medio de radiotelescopios, unos científicos captan señales de otros planetas. Según tengo entendido, el original SETI de la NASA se ha diversificado mucho, y cualquier persona con ordenador puede ahora participar en él.
Pero, en todo caso, lo mejor sería que el universo fuera como decía aquel filósofo griego, creo que Anaximandro, quien pensaba que en el universo había planetas habitados como el nuestro, y que en ellos todo era igual a la Tierra, incluso los idiomas. Sería estupendo ver llegar una nave extraterrestre a nuestro jardín y que de ella saliera un alienígena. El alienígena abriera la puerta de la nave y dijera con acento gaditano: “¿Qué pasa, picha?”