Traducción médico-sanitaria.
La medicina engloba innumerables campos y disciplinas muy extensos que guardan una estrecha relación entre sí. Por lo tanto, la traducción médica abarca un sector tan amplio, que un traductor, por muy especializado y preparado que esté, nunca podrá conseguir, al igual que es imposible que un médico sea capaz de especializarse en todos los campos que atañen a la medicina. Por consiguiente, es fundamental que un buen traductor médico conozca el tema que va a tratar y en su caso, dedique tiempo a la documentación y a la investigación y haga uso de los diccionarios que necesite. Mucha de la terminología que encontramos en el campo de la medicina procede de términos del latín y del griego y algunos otros son términos que se han acuñado en los últimos tiempos.
Los textos médicos que pueden precisar de una traducción pueden ser informes médicos, recetas, prospectos, instrucciones de uso de dispositivos médicos, informes de ensayos clínicos, artículos en suplementos especializados de revistas médicas, anuncios en medios de comunicación, consentimientos informados de pacientes, historias clínicas, libros de texto especializados, software y manuales de instalación de equipos hospitalarios, patentes y un largo etcétera. Además, a la hora de traducir también hay que tener muy en cuenta a qué público va dirigido porque el registro y el estilo varían en función del receptor, ya que no es lo mismo que el texto vaya dirigido a un médico que a un paciente. Sin embargo, existen varios factores como la veracidad de la información, la precisión, la minuciosidad, la exactitud y la fidelidad que son comunes en este tipo traducciones. Teniendo en cuenta que los textos médicos pertenecen a la rama de los textos científicos, la traducción ha de ser objetiva y no debe tener cabida a la ambigüedad.
La medicina es un campo que está en constante crecimiento debido a los nuevos descubrimientos, por lo tanto el traductor tiene que estar al tanto de esta nueva terminología al igual que de los avances. Este tipo de particularidades obligan a los profesionales de la traducción médica a que estén formados específicamente para desempeñar esta actividad. Es esencial que un traductor médico sea vocacional y que tenga una buena formación traductológica para poder consultar textos paralelos, diccionario y otros materiales de consulta, aunque el conocimiento de la lengua de origen y de la lengua meta no es suficiente en la mayoría de los casos para traducir esta clase de textos, sino que se necesita tener un conocimiento previo sobre la materia. Además, es aconsejable que los textos los revise un médico especializado en el área correspondiente a la que atiende la traducción.
Podemos dividir las dificultades médicas en dificultades generales y dificultades específicas. Las dificultades generales corresponden a los problemas que un traductor puede encontrar en cualquier tipo de texto y hacen referencia a la traducción en sí entre dos idiomas, y las dificultades específicas se producen exclusivamente en los textos médicos.
Además la traducción médica debe adecuarse a diferentes requerimientos y regulaciones de los distintos mercados y han de acatar unos estándares muy escrupulosos en algunos casos.
Entre las áreas de la traducción especializada, la médico-sanitaria es una de los que más responsabilidades implican para el traductor profesional, ya que un mínimo error por parte del traductor puede originar consecuencias terribles porque muchas veces la salud de las personas depende de una buena traducción. Pero también es un tipo de traducción muy gratificante debido a que el traductor es partícipe de la divulgación médica y ayuda a la elaboración de las destrezas médicas y al progreso de la investigación.