Autotraducción y traducción poética
El mundo de la traducción es tan amplio que en él podemos llegar a encontrar de todo. Y cada cosa que encontramos es incluso más fascinante que la anterior. O, al menos, así es como yo lo veo, que me apasiona esto de la traducción.
De una de esas cosas fascinantes es de la que quiero hablaros hoy: de la autotraducción. Esta es una práctica que, más allá del mundo de la traducción, suele ser bastante desconocida. Aun así, la autotraducción está tan extendida como interesante es. Para aquellos que no sepáis de lo que estoy hablando, se trata de una traducción que hace un autor bilingüe de su propia obra. Este fenómeno se suele dar en países con varias lenguas oficiales, como Suiza, Luxemburgo o la propia España.
Antoni Marí
Un ejemplo de ello es el de Antoni Marí, autor que escribe sus obras en catalán y que después autotraduce al español. Escribe tanto poesía como novela y ensayos y, gracias a que creció en un ambiente bilingüe y bicultural, ha podido conseguir aquello que buscamos los traductores, que la traducción de sus obras cause el mismo efecto en el lector que la obra original. De hecho, cuando algún lector se dispone a leer alguna de sus novelas, le considera autor antes que traductor y, en efecto, leen la obra como si hubiese sido escrita originalmente en español.
A continuación, os dejo un fragmento de uno de sus poemas traducido de catalán a español:
Jo no creía que pogués tornar.
No creía que pogués tornar mai més
a veure aquests camps, on la solitud
i l´abandonament governen,
ni aquests petits pujols que cauen
cap al mar, ni aquest aire quiet,
que sembla detenir-ho tot,
ara que tots són al llit, i dormen.
Yo no creía que pudiera volver.
No creía que nunca más pudiera volver
a ver estos campos, donde la soledad
y el abandono gobiernan,
ni estos cerros pequeños que caen
hacia el mar, ni este aire quieto,
que parece detenerlo todo,
ahora que están todos en cama, y duermen.
Margarit
Por otro lado, encontramos a Margarit, poeta catalán que también autotraduce sus poemas. Para él «llevar una pieza propia a otro idioma supone hacer un nuevo poema en la lengua de llegada». Su obra bilingüe Un hivern fascinant (Un asombroso invierno) especifica claramente que se trata de los «poemas en castellano del autor». Es decir, que el propio autor considera que más que una traducción del catalán se trata de un nuevo poema en español.
La traducción de poesía es más que complicada, es todo un reto para el traductor. No solo tiene que transmitir lo mismo que el original, sino que además habría que tener en cuenta los juegos de palabras, la métrica y las distintas figuras retóricas de las que está compuesta la obra. La traducción debe recuperar la vibración de los sentimientos y pensamientos con los que el original fue creado. Y eso es una tarea realmente compleja.