Errores en el documento original: ¿hay que corregirlos?
Una traducción jurada se caracteriza por ser un reflejo fiel de todos los elementos que aparecen en el documento original. ¿Pero qué ocurre si se encuentra un error o una errata en el original? ¿Tiene el traductor que conservarlo o, por el contrario, puede enmendarlo en la traducción?
Errores en traducción jurada
Un traductor jurado ha sido nombrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y actúa en calidad de notario. Es decir, da fe de que la traducción es fiel al original (incluyendo los errores). Debido a que los documentos que necesitan una traducción jurada oficial normalmente van destinados a algún organismo público, podrían tener repercusiones legales si el traductor enmendara algún error. Pero eso no significa que no puedan hacer nada.
Si encontramos un error ortográfico en el original, por ejemplo, el verbo inglés peprare en vez de prepare, no hay lugar a dudas que lo que realmente quiere decir es prepare, por lo que no habría ningún problema de significado si lo traducimos.
He encontrado un error en el original. ¿Qué hago?
Pero si el error en cuestión cambiase el sentido del documento, el traductor no puede corregirlo en el original. Para estos casos tan específicos existe la palabra latina sic (sic erat scriptum, en español, «así fue escrito»). Normalmente precede al error y va escrita entre corchetes y en cursiva. Indica que el traductor se ha dado cuenta de que hay un error. Pero al tratarse de una traducción oficial, no puede corregirlo, solo reproducirlo. Este tipo de errores suelen ser cifras en contratos, nombres propios o palabras que afecten al contenido. Puede darse el caso de que un mismo error apareciera varias veces en un mismo documento. Entonces, emplearíamos la construcción [sic] la primera vez y pondríamos una nota a pie de página indicando que el error se repite a lo largo del documento.
Errores en traducciones no juradas
Sin embargo, dejando aparte la traducción jurada, si encontramos un error muy evidente en el texto original, lo más común es ponerse en contacto con el cliente para que este lo corrija en el original. O comunicarle el error y corregirlo directamente en la traducción.
Podríamos concluir que en las traducciones normales podemos corregir los errores que encontremos siempre y cuando hayamos avisado previamente al cliente. Por el contrario, un traductor jurado no está autorizado para modificar el contenido del original. Deberá calcar el error en la traducción y no podrá corregirlo a menos que sea una errata que no cambie el sentido del original.