Club de lectura traducida
El otro día me encontré en las redes con una noticia que me sorprendió muy gratamente. Y es que ayer lunes 20 de noviembre de 2017 se inauguró en Barcelona un Club de Lectura traducida. Se trata de un club de lectura organizado por ACE Traductores, asociación constituida para la defensa de los derechos e intereses de los traductores de libros, y una conocida librería.
Todos sabemos lo que es un club de lectura. Yo puedo contar mi experiencia personal en un club de lectura en francés. Cada mes me entregan en la biblioteca un libro, que leo a mi ritmo en mi casa. Y a finales de mes nos reunimos todos los miembros del club y comentamos nuestras impresiones: si nos ha gustado o no, qué opinamos de los personajes, si conocíamos al autor, etc. Es una experiencia que realmente recomiendo.
Pero el tema de hoy es el Club de Lectura traducida. Y lo quiero destacar por dos razones fundamentales.
Más importancia a los traductores literarios
En primer lugar, porque por fin se va dando más importancia a los traductores literarios, profesionales que durante mucho tiempo han permanecido en la más absoluta de las sombras. Los lectores no somos conscientes del papel fundamental que cumplen estos profesionales. Sin los traductores literarios no habríamos conocido las historias del capitán Nemo, de Dorian Gray o de fray Guillermo de Baskerville. Sí, hay quien puede leer algunas obras en su versión original. Pero dudo que haya muchas personas que puedan, a la vez, leer y entender a Julio Verne, Oscar Wilde y Umberto Eco. A esos políglotas, mi más sincera enhorabuena y la más sana de mis envidias.
Participación del propio traductor
En segundo lugar, porque el formato del Club de Lectura traducida me parece maravilloso. No es simplemente una reunión de personas que han leído el mismo texto ¡Es que participa el traductor del libro! Entiendo que el traductor hará un descripción del proceso que ha seguido para trasladar el texto de una lengua a otra, de cuáles han sido los mayores problemas a los que se ha enfrentado, las dificultades que más le ha costado superar… Y entiendo también que los participantes podrán hacerle aquellas preguntas y plantarle aquellas dudas que les hayan surgido durante la lectura. ¿Cómo ha solucionado este juego de palabras? ¿Por qué ha optado por esta interpretación y no por aquella otra? Y si ya encima hay personas que han leído la versión original y la traducida, no imagino una manera más intensa de vivir una historia literaria.
Ayer fue el turno del libro El milagro, de Ariel Kenig. Asistió al club de lectura la traductora al español, Marta Cabanillas. Esta misma tarde buscaré la información que se haya publicado al respecto ¿Tardaré en encontrarla?