El problema de los servicios de interpretación judicial ‘low cost’.
A la hora de contratar los servicios de un profesional solemos tener algunas expectativas. Si hago un pedido de una tarta para el cumpleaños de mi hija, espero que la prepare una persona experta en pastelería. Cuando llevo mi coche a un taller, doy por hecho que el mecánico sabe de coches. Si no conozco un idioma y contrato los servicios de un intérprete… me empiezan a temblar las manos.
Cuando nos citan a un juicio en un país cuyo idioma desconocemos o no dominamos lo suficientemente como para entender el complejo lenguaje utilizado en los tribunales, tenemos todo el derecho del mundo a esperar que el intérprete asignado para nuestro juicio conozca a la perfección nuestro idioma y el idioma en el que se va a celebrar el juicio. Además, que tenga conocimientos sólidos del derecho y experiencia en los juicios. Nada más lejano de la realidad.
El año pasado David Placer, periodista de EconomíaDigital, quiso comprobar la calidad de los servicios de interpretación de nuestro sistema judicial, y se llevó una sorpresa (puedes leer su artículo aquí). Resulta que en España cualquier persona que declare conocer un idioma, puede trabajar como intérprete judicial. Acreditar nuestros conocimientos y experiencia resulta ser un trámite superfluo para las empresas a las que se ha confiado la contratación de dichos profesionales. ¿Los resultados de tales prácticas? ¡Desastrosos!
Pregunta del millón: ¿Por qué ocurre esto?
El motivo principal por el que los intérpretes profesionales hayan dejado de interpretar en los juicios es obvio. Son las precarias condiciones laborales que se les ofrecen. Una persona que conozca a la perfección varios idiomas, tenga altos conocimientos de derecho y experiencia en interpretación desea que sus conocimientos y su experiencia sean bien valorados. No obstante, la tarifa que se les propone a los intérpretes judiciales es de… 10€ brutos/hora. Como admiten algunos intérpretes judiciales de idiomas africanos poco conocidos, se puede ganar más vendiendo camisetas en la playa que interpretando en los juicios.
Lo que ocurre a diario durante los juicios debido a la falta de conocimientos lingüísticos y jurídicos por parte de los intérpretes judiciales podría ser guion de una comedia. No obstante, en la vida real se convierte en una película de terror para los encausados, como ocurrió por ejemplo en Vigo o en Madrid. No poder entender al juez y a las personas involucradas en el juicio vulnera su derecho a un juicio justo y les perjudica gravemente. Por culpa de un intérprete inepto para el trabajo que se le encarga, tales personas pueden acabar entre rejas.
Mi consejo para hoy: si necesitas servicios de un intérprete, mejor acude a un profesional. Las situaciones en las que vemos necesaria la contratación de un intérprete suelen ser de gran importancia. Por eso es necesario que la persona en cuyas manos ponemos nuestro futuro sepa lo que está haciendo. En CBLingua trabajamos sólo con intérpretes jurados nombrados por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Nuestros intérpretes cuentan con una amplia experiencia en interpretación y conocen a la perfección sus idiomas de trabajo. Si eliges CBLingua, podrás dormir tranquilo.